El debate constitucional puede estar siendo valorado por las mayorías, sobre todo las que históricamente se han abstenido y ahora están obligadas a votar, como una lucha de factores de poder entre izquierdas y derechas, donde se ha anidado la clase política a quien consideran su adversaria, independientemente del signo ideológico.
Si la predicción de las encuestas se cristaliza, tanto la izquierda como la derecha habrían fracasado en su intento de cumplirle al país que exigió, en las urnas, un cambio constitucional.
Si la predicción de las encuestas, o la tendencia que marcan éstas, terminan cristalizándose en el referéndum constitucional, pues estaríamos viendo el regreso instantáneo del péndulo político y una indecisión generalizada sobre el rumbo del país.
Tanto la izquierda como la derecha habrían fracasado en su intento de cumplirle al país que exigió, en las urnas, un cambio constitucional. Hablaríamos de una nación inmersa en un laberinto. Una ciudadanía que sufre grandes problemas, con un enorme malestar interno, pero que no encuentra una salida confiable.
La campaña electoral no ha terminado
Este ambiente de digresión en torno al tema constitucional y la disparidad de criterios del elector chileno, según la coyuntura, trata de ser revertido por la derecha, usando el plebiscito constitucional como un referendo contra el presidente Boric.
En un spot publicitario favorable a la actual propuesta, se intenta captar el malestar general y con la frase “que se jodan” llama al voto en contra de Boric, sin promocionar lo escrito en el nuevo texto, tratando de apropiarse del hastío que sufre la política y enfilarlo en contra del Gobierno, como una especie de referéndum.