reconocida por más de ochenta naciones; a fecha de 2019, 139 de los 193 Estados con representación en Naciones Unidas, confirmaban su reconocimiento al Estado palestino. Es decir, son una minoría de países los que aún no lo reconocen.
Con los Acuerdos de Oslo de 1993, se estableció un período de transición de cinco años para aplicar la resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU, que establecía la vuelta a las fronteras existentes en 1967, abriendo la posibilidad a la solución de los dos Estados.
Dirección opuesta
En la práctica estos acuerdos han ido en la dirección contraria. En primer lugar, supusieron un debilitamiento progresivo de la OLP, con un fuerte enfrentamiento interno, que facilitó, entre otras cosas, el ascenso de Hamás y su éxito electoral en la Franja de Gaza en 2006. También la intensificación de la colonización israelí de Palestina, a través de la división territorial en tres áreas, y el control total del Área C, la de mayor dimensión y recursos de la Cisjordania ocupada, por parte de Israel. Así como el control por designación del resto de Cisjordania a través de la creación de la Autoridad Palestina, que se percibe como un organismo dependiente de los intereses de Israel.
Analistas y activistas políticos hace años que ya no ven viable una resolución basada en la creación de los dos Estados, y que apuestan por un solo Estado, multiconfesional y multiétnico que reconozca el proceso de descolonización de Palestina,
La expansión de los asentamientos israelíes en Cisjordania y Jerusalén Este, el derribo de viviendas y el aumento de poblados de colonización, se unen a la negación del derecho al retorno de los refugiados palestinos desde 1948, y al control por parte de Israel del acceso a elementos básicos como el agua o las carreteras, que es utilizado para forzar el desplazamiento interno de la población palestina o el exilio forzado.
Este escenario ha facilitado una descomposición del territorio que hoy en día haría inviable un Estado palestino con base en las fronteras de la resolución 242 de Naciones Unidas. Es por ello que muchos analistas, militantes y activistas políticos hace años que ya no ven viable una resolución basada en la creación de los dos Estados, y que apuestan por un solo Estado, multiconfesional y multiétnico, que reconozca el proceso de descolonización de Palestina, y que acabe con el régimen de colonización y apartheid israelí.